En otra cosa

Después del fracaso con el primer Roberto de esta empresa quijotesca, el rostro perplejo de Tony me anima al segundo intento. Entendí las razones del hombre anterior. Mejor dicho, empezaba a entender las razones. Un basurero es menos hostil que muchos transeuntes. Tampoco he sido buena vendedora y lamentablemente no he tenido la claridad para entenderlo como lo entendió Roberto (si es que en realidad así se llama).

Entonces veo a un hombre colgado de unas muletas pidiendo dinero en una esquina. Me le acerco y me pide una ayuda. Le hablo, mientras Tony me espera disimuladamente a unos metros. Este hombre tiene casi mi estatura, pero no estoy segura si es por su condición que lo veo más pequeño. Le pregunto qué hace ahí en este lugar y me dice que vende lo que sea.

Segura de mi éxito, saco unos cuantos ejemplares y le explico mi idea. "¿Poesía?" - me inquiere desconcertado. Si -le digo- hoy es el Día Mundial de la Poesía y es posible que algunas personas estén interesadas en leer poesía. Entonces el me mira con cara de situación y me dice "Bueno, es que yo estoy ocupado, tengo que hacer unos trámites y no me puedo comprometer con nadie ahora mismo. Estoy aquí para otra cosa. Eso no".

Una señora que vendía billetes de lotería y bolsitas de guandú a un metro me grita: "Es que a él lo que le gusta es pedir, váyase mamita, no pierda su tiempo con él, que a él lo que le gusta es pedir". Entonces yo lo miro nuevamente como preguntándole si era cierto. El hombre me mira y me dice "de verdad, estoy ocupado, hoy no puedo".

No hay comentarios: