Me preguntaba si en cuanto a publicación de poesía se podía hacer un libro con un sólo poema. Todo se puede. Uno tiene que poder entender lo anterior sin que te encarcele su regla. El poeta Christoph Janacs de Austria publicó un libro llamado Von Einem Garten a Octavio Paz (1914-1998). Es un poema hermoso. En el centro del libro hay una litografía de Renate Wegenkittl en la cual se puede leer un verso de Octavio Paz de Pasado en Claro, que lee "Soy la sombra que arrojan mis palabras". Es un trabajo magnífico, que admiro y guardo con mucha alegría. Ha sido una inspiración.
De hecho, hay poemas solitarios. No caben en antologías porque cuesta hacerlos encajar en una colectividad. Así es como se quedan solos en cuadernos, hasta que se pierden. Viven y mueren esperando su destino, y ese era el destino de IndiGentes. Ese era, hasta que hablando del libro de Janacs, me percaté de que la sencillez podía engrandecer suficientemente a la palabra, como para honrarla. La palabra no necesita reglas de publicación para llegar, es en verdad un acto de soberbia limitarla, hacerla esperar como a una señorita de dos siglos atrás.
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